Las ciudades de Long Beach y Pasadena, que operan sus propios departamentos de salud separados del condado, anunciaron el martes que no emitirían mandatos de máscara, incluso si el condado lo hiciera.
“Necesitamos mejores pruebas”, dijo Andrew Noymer, profesor asociado de salud pública en UC Irvine. “Cualquier cosa que sea una erupción dolorosa debe someterse a una prueba de viruela del mono”.
“Todo lo que pude hacer fue sostenerlo en mis brazos y decirle: ‘Mi bebé, mi bebé’”, dijo el miércoles el padre del niño, Francisco Garate.
La policía dijo que el padre y el hijo estaban en un cruce peatonal con derecho de paso cuando el conductor de una camioneta no cedió el paso.
El apuñalamiento ocurrió alrededor de las 6:18 a.m. en un callejón en la cuadra 2900 de Coolidge Street, según el Departamento de Policía de Long Beach.
La persona, que solo fue identificada como un adulto, les dijo a los funcionarios que no había viajado recientemente ni había estado en contacto con nadie antes de ser diagnosticada.
De 2016 a 2020, el suicidio fue la séptima causa principal de muerte prematura para los residentes de Long Beach, según muestran los datos del Departamento de Salud de la ciudad.
Un estudio de una revista médica dice que la esperanza de vida de los latinos de California cayó seis años, más que otras poblaciones durante la pandemia.
Los oficiales invadieron el área después de los informes de un hombre con un arma. La policía confirmó que le dispararon y luego lo encontraron muerto en la azotea.
La ciudad está experimentando un aumento en los casos nuevos y hospitalizaciones diarios, pero no al mismo ritmo que el condado, según los funcionarios de la ciudad, que desconocen el alcance total de las hospitalizaciones en el área.
