Adam May estaba parado en su balcón el lunes por la noche cuando comenzó un tiroteo en la calle cerca de Orange Avenue y South Street en North Long Beach.

May le gritó a sus vecinos que entraran y que buscen refugio. May agarró su arma y se preparó para lo peor.

El tiroteo dejó una mujer muerta y otras dos mujeres heridas. Estuvieron allí con otras 200 personas en una vigilia por un hombre de Bellflower que recibió un disparo mortal en el área el domingo por la noche: la policía dijo que Archie Harris, de 49 años, caminaba con otro hombre cuando el hombre abrió fuego contra Harris por una razón desconocida.

La mañana después del tiroteo de la vigilia, los vecinos pudieron ver dónde las balas desgarraron las palmeras y las paredes de los edificios de apartamentos cercanos. Mientras la policía retiraba su cinta amarilla, May y sus vecinos pudieron salir de sus hogares para inspeccionar el daño y hablar sobre la violencia que ocurrió la noche anterior.

A palm tree outside an apartment complex near Orange Avenue and South Street with bullet holes from a deadly shooting that took place Monday, June 29, 2020. Photo by Sebastian Echeverry.

“Estamos tratando de mantener el ánimo”, dijo el residente Tee Kese.

El tiroteo de la vigilia se produjo durante una ola repentina de violencia armada que golpeó recientemente una pequeña sección de North Long Beach y una serie más grande de tiroteos en toda la ciudad.

La semana pasada, 12 personas resultaron heridas y otras cuatro murieron durante una docena de tiroteos diferentes en Long Beach.

Tres de los tiroteos mortales, incluyendo la muerte de Harris y el ataque de vigilia, ocurrieron a una milla de distancia en el vecindario de North Long Beach alrededor de la Biblioteca Michelle Obama. Un niño de 16 años también resultó herido en otro tiroteo en el área el lunes por la tarde.

El ataque mortal más reciente fue el martes alrededor de las 10 p.m. cuando un hombre de 33 años llamado Braulio Chavarin fue asesinado a tiros cerca de Adair Street y Elm Avenue, a unas 12 cuadras de donde May había gritado a sus vecinos que se refugiaran la noche pasada.

La policía dijo que encontraron a Chavarin en el suelo cerca de un anden, asesinado a tiros por un motivo desconocido por un sospechoso que huyó.

Incluso mucho antes de la muerte de Chavarin, los vecinos locales ya estaban nerviosos.

Ma Dolores Baraja, dijo que ha vivido en el vecindario durante 10 años, pero hace unos dos años, comenzó a sentirse insegura al salir de su casa después del anochecer.

“No los da confianza de salir por la noche”, dijo Baraja.

El Departamento de Policía de Long Beach dijo que arrestaron a un sospechoso de la muerte de Harris, pero los otros asaltantes siguen en libertad.

No es extraño que los tiroteos lleguen en grupos en Long Beach. El verano pasado ocurrieron ocho tiroteos un fin de semana, y aunque nadie murió, seis personas resultaron heridas. En ese momento, la policía sospechaba que al menos parte de ese pico de violencia estaba vinculado a una pandilla específica.

Esta semana, algunos residentes han especulado que los recientes tiroteos están relacionados con pandillas o están motivados por raza, pero la policía no ha dado ninguna información definitiva sobre los motivos.

El portavoz de LBPD, Ivan Garcia, confirmó que al menos algunos de los tiroteos están relacionados con pandillas, pero dijo que las investigaciones están en curso, por lo que los detalles han sido retenidos al publico.

Un residente, que se negó a dar su nombre para protegerse de probable represalias, dijo que cuando comenzó el tiroteo el lunes, el ayudó a algunos de los asistentes a la vigilia a escapar y buscar refugio por un tiempo. Dijo que entre 15 y 16 oficiales de la policía estaban en la escena donde murió la mujer.

“No quiero ver a nadie morir así”, dijo el residente.

La policía declaro que los disparos comenzaron después de que las personas que asistieron a la vigilia tuvieron algún tipo de disputa con un residente cercano.

“La disputa se termino en la ventana del residente rota y luego en un tiroteo con múltiples sospechosos disparando en diferentes direcciones”, dijo la policía.

La tensión resultante fue clara el martes por la tarde. Un hombre parecía nervioso, con los ojos vigilando los autos mientras pasaban.

Garcia, el portavoz de la policía, dijo que el LBPD está aumentando las patrullas en el vecindario.

“Estamos haciendo que los oficiales salgan de sus autos y hablen con la gente”, dijo Garcia.

Rex Richardson, el concejal que representa el área, dijo que la policía lo mantiene informado sobre los últimos desarrollos en las investigaciones de homicidios, pero que no pudo compartir detalles.

“Los investigadores están haciendo un buen trabajo al conectar los puntos aquí”, dijo Richardson.

Richardson cree que los problemas sistémicos como la pobreza y las disparidades económicas en la comunidad local podrían causar actos violentos, como tiroteos. Las recientes protestas que condenan la violencia policial han puesto el foco en el racismo y la inequidad sistémicos dentro de las instituciones gubernamentales.

Una de las demandas comunes es cambiar el enfoque del presupuesto de la policía a la inversión comunitaria con la esperanza de solucionar el problema sistémico que Richardson y otros creen que exacerban el problema.

Sin embargo, May dijo que su realidad de donde el viva se siente desconectada con esa conversación a nivel nacional.

“Los funcionarios pueden hablar todo lo que quieran”, dijo May, “pero al final son los ciudadanos los que se lastiman”.