“Que vivan Lalo, Sebastián, Jorge, Ariahh, Ángel… por siempre en nuestros corazones.”
Los carteles ahora cuelgan en una cerca que da a la Autopista 710 en el conector de la Autopista 91, donde los cinco perdieron la vida.
Los recuerdos se colgaron el miércoles por la noche, mientras velas y flores se alineaban en un tramo de la acera, como parte de una vigilia para recordar las cinco vidas que fueron truncadas la madrugada del lunes.

Los nombres en los carteles se refieren a Angel Sixtos, 18, Eduardo “Lalo” Cruz, 18, George Dobbs, 15, Ariahh Slemaker, 15 y Sebastian Peredia, 16, según la oficina del médico forense del condado de Los Ángeles. Los cinco murieron el lunes por la mañana cuando el vehículo en el que viajaban viró repentinamente a la derecha y se estrelló contra un atenuador en la autopista 710.
Todavía no está claro qué hizo que el automóvil virara a la derecha o si la velocidad fue un factor en el choque, aunque la policía dijo que el automóvil tenía un exceso de capacidad y que algunas personas no usaban cinturones de seguridad. El video de la cámara del tablero de otro automóvil en la carretera parece mostrar que el vehículo viaja a una alta velocidad en comparación con otros automovilistas.
Lo que está claro, sin embargo, es que los cinco fueron amados, y su ausencia se siente profundamente entre las decenas de personas que asistieron a la vigilia del miércoles.

Entre ellos estaba un amigo de 18 años de dos de las víctimas, que prefirió ir por David.
David dijo que conoció a Dobbs en la escuela primaria y siguieron siendo amigos durante su tiempo en la escuela secundaria Lakewood. Recordó las aventuras que tuvieron a lo largo de los años.

“Era tan dulce y amable,” dijo David sobre Dobbs. “Ariahh, ella era un petardo.”
David recordó cómo recientemente pasó tiempo con Dobbs y Slemaker el último día de clases, el 15 de junio.
Dijo que el trío estaba en el campus haciendo planes para el verano y para la escuela el próximo año.
“Es muy triste, ¿sabes?” dijo David. “Ese fue mi pequeño homie de montar o morir. … Lo voy a extrañar.”

Otros amigos compartieron un sentimiento similar y describieron a las víctimas como compañeros atentos y leales.
“Lloré todo el día cuando me enteré,” dijo Ángel Valladolid. “Se sentía irreal.”

En un instante el lunes por la mañana, tantas personas perdieron a un ser querido. Y juntos, compartieron su dolor el miércoles con lágrimas, oraciones y abrazos.
Nada puede devolverles la vida a sus cinco seres queridos, pero juntos, su comunidad se asegurará de que sus recuerdos perduren.
Lalo, Sebastian, George, Ariahh y Angel estarán por siempre en sus corazones.
Las familias de Cruz, Dobbs, Slemaker, Sixtos y Peredia han iniciado un GoFundMe para ayudar con el costo de los gastos funerarios.
