Un hombre asoma la cabeza por una ventana sobre un pequeño grupo de manifestantes que protestaban contra la violencia en el vecindario de Washington en Long Beach el 17 de julio de 2020. Foto por Crystal Niebla.

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El aumento de las temperaturas ya está teniendo un impacto en los residentes del vecindario de Washington, una de las áreas que, según los expertos, será más afectada por el cambio climático, según muestra una nueva encuesta.

La encuesta, realizada este año y publicada en junio, mostró que el 40% de los encuestados sintieron síntomas de salud negativos durante los días calurosos y el 79% dijo que “el calor cambia la forma en que viajo”.

La encuesta es parte de un proyecto llamado Cooling Long Beach. Los planificadores de la ciudad están trabajando con asociaciones locales para estudiar los impactos del calor extremo en las áreas en el centro, oeste y norte de Long Beach, que tienen menos cobertura de árboles y más pavimento que otras partes de la ciudad.

Además de los impactos en la salud, los investigadores dicen que los residentes en el área de Washington específicamente tienen más probabilidades de viajar en un vehículo en lugar de a pie o en bicicleta para evitar el calor extremo, que agrega más contaminación al aire.

El proyecto es parte de un plan de la ciudad para estudiar los impactos del cambio climático, cómo la ciudad responde y cómo la ciudad puede limitar el daño.

Se espera que en algún momento de este año se apruebe el llamado Plan de Adaptación y Acción Climática (CAAP por sus siglas en inglés), que es requerido por el estado. Ha estado en proceso durante al menos dos años.

El aumento de las temperaturas es el impacto del cambio climático que afecta a la mayor cantidad de personas, dijo Jennifer Ly, una planificadora de la ciudad, durante una reunión del proyecto con la comunidad la primavera pasada.

Sin embargo, el aumento de las temperaturas agobia más a algunas partes de la ciudad que otras, dijo.

“El calor extremo afecta más a las personas de color y las comunidades de bajos ingresos”, dijo Ly en inglés. Este proyecto se enfocará en las áreas de “mayor vulnerabilidad al calor”.

Un estudio de la Escuela de Política y Estrategia Global de la Universidad de California de Diego publicado esta semana mostró que los vecindarios de bajos ingresos con mayor población negra, hispana y asiática experimentan significativamente más calor urbano que los vecindarios más ricos y predominantemente blancos.

Los investigadores, cuyos estudios están publicados en la revista Earth’s Future, analizaron mediciones de temperatura de la superficie terrestre obtenidas por sensores remotos de 1,056 condados de los EE. UU. que tienen 10 o más distritos censales. El análisis enseñó que para el 71% de esos condados, las temperaturas de la superficie de la tierra en las comunidades con tasas más altas de pobreza pueden ser hasta 7 grados Fahrenheit más calientes, en comparación con los vecindarios más ricos durante los meses de verano. Lo mismo es cierto para las comunidades minoritarias en todo el país en comparación con sus vecinos blancos no hispanos, incluso cuando se controlan los ingresos.

Una mujer da un paseo por la Redondo Avenue mientras se protege bajo una sombrilla mientras aumentan las temperaturas por otra ola de calor del sur de California en Long Beach el 6 de agosto de 2018. Foto por Thomas R. Cordova.

Y el vecindario de Washington en Long Beach se alinea con esos datos, siendo uno de los vecindarios de menores ingresos de Long Beach, predominantemente de población latina y que sufre un calor más extremo.

“Realmente queremos que la sombra sea accesible para todos, pero … eso no es realmente lo que está sucediendo hoy”, dijo en inglés Lydia Kenselaar, la diseñadora de paisajes y la socia del personal de Cooling Long Beach.

El personal del proyecto dijo que las carreteras principales, como el Long Beach Boulevard, Pacific Coast Highway, Pacific Avenue y Anaheim Street, son calles anchas y pavimentadas con pocos árboles y sombra, y muchas paradas de autobús y tren. Algunos residentes que caminan frecuentemente dicen que muchas más calles son extremadamente calurosas.

“Esto significa que hay mucha más gente caminando y esperando el tránsito en esas calles calientes expuestas a las temperaturas por más tiempo”, dijo Kenselaar.

El personal del proyecto y los residentes están considerando soluciones como plantar más árboles e instalar estructuras de sombra para ayudar a enfriar el área. Los investigadores encontraron que las áreas que tienen más paradas de autobús o tren tienen muy poca sombra. Mucha gente camina y espera sin sombra durante largos períodos de tiempo allí, agregaron los investigadores.

Kenselaar dijo que su equipo midió el calor de los espacios públicos.

“Por ejemplo, las carreteras que están hechas de asfalto, que es de un color oscuro, realmente absorben y retienen el calor y pueden ser mucho más calientes que la hierba o las áreas sombreadas”, Kenselaar dijo. Ella dijo que encontraron una diferencia de 54 grados Fahrenheit entre esos dos tipos de materiales.

Este es un ejemplo del llamado “efecto isla de calor urbano”, la diferencia entre cómo se siente el calor en las áreas urbanas versus las áreas más rurales que tienen más vegetación, dijo Kenselaar.

Caminando en un estacionamiento con un clima de 100 grados en comparación con caminando bajo algunos árboles en un parque se siente muy diferente, por ejemplo.

El pavimento y los edificios pueden absorber y retener el calor durante el día y retener ese calor durante la noche. Por el contrario, dijo Kenselaar, los árboles pueden enfriar la superficie hasta en 45 grados, enfriándose más rápido cuando se pone el sol.

“Estos actúan como el aire acondicionado del planeta”, ella dijo. “Son excelentes para reflejar el calor y enfriarse rápidamente”.

A pintar carreteras y tejados con pintura de color claro es otra forma de reducir las temperaturas. El método se llama “pavimentación fría”, que ayuda a reflejar la luz solar y puede enfriar temperaturas de hasta 20 grados, según Kenselaar.

Mientras que el personal del proyecto continúe recopilando datos sobre el vecindario en forma de encuestas y grupos de enfoque, el personal presentará sus hallazgos al concejo municipal. Con eso, los investigadores dijeron que los líderes podrían dirigir los fondos de la ciudad para financiar proyectos de enfriamiento en años futuros y solicitar fondos para apoyar proyectos que estén más allá del presupuesto de la ciudad. El personal del proyecto planea completar su estudio en algún momento de este año, pero no está claro cuándo.

Los investigadores del proyecto dicen que su estudio podría implementar medidas que se identifican en el CAAP de Long Beach y el Plan General, como políticas destinadas a “crear una comunidad más resiliente y sostenible”.

El personal de la ciudad de Long Beach se ha asociado con la Asociación de Gobiernos del Sur de California (SGAG por sus siglas en inglés), Alta, Habitat for Humanity of Greater Los Angeles y la Asociación del Vecindario de Washington para realizar este estudio.

City News Service contribuyó a este informe.