Los funcionarios de Long Beach y algunos líderes comunitarios vieron por primera vez un centro de detención para niños migrantes dentro del Centro de Convenciones de Long Beach el jueves por la mañana, momentos antes de que los niños comenzaran a llegar allí desde la frontera entre los Estados Unidos y México.
El alcalde Robert García, el Concejo Municipal y otros funcionarios electos recorrieron unas filas de camas, instalaciones médicas y áreas de recreación donde los niños se quedarán hasta que el Departamento de Salud y Servicios Humanos federal pueda colocarlos con los patrocinadores o las familiares en los EE. UU.
Los primeros niños llegaron poco después del recorrido y una conferencia de prensa programada donde los funcionarios dijeron que se espera que el sitio albergue hasta 1,000 niños hasta que cierre en agosto. Se esperaba que llegaran hasta 150 niños el jueves.
Los niños, en su mayoría niñas de 17 años o menos, llegarán en grupos cada dos días, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos, que opera el sitio. Algunos niños varones, menores de 12 años, también pueden estar alojados allí, según un comunicado del departamento.

La instalación estuvo disponible después de que la Casa Blanca solicitó ayuda a la oficina de García y el Concejo Municipal votó a principios de abril para permitir que avanzaran las negociaciones de arrendamiento con el gobierno federal.
Tres fuentes con conocimiento de las negociaciones del contrato entre el gobierno federal y la administración del Centro de Convenciones dijeron que los federales están pagando entre $170,000 y $200,000 por día para usar el espacio. Ese precio no incluye otros gastos del gobierno federal como la atención médica para los niños.
En una conferencia de prensa posterior al recorrido, García dijo que el objetivo es que estos niños se reúnan con sus familiares o patrocinadores en los Estados Unidos entre siete a 10 días, pero reconoció que algunos niños que llegan no tienen familiares identificados con los que se puedan reunir y algunos niños pueden tardar más en pasar por el sitio.
Sin embargo, García dijo que los niños vienen directamente de la frontera y frecuentemente se encuentran sin adultos y, hasta ahora, los habían mantenido en los centros de detención, los cuales son menos humanos que el que se abre en Long Beach.
“Estos son algunos de los niños más vulnerables”, dijo en inglés el congresista de Long Beach, Alan Lowenthal, durante la conferencia de prensa. “Estos son los que lograron superar una situación horrible para llegar a los Estados Unidos”.
García, quien emigró a los Estados Unidos desde Perú cuando era niño, dijo que estar en las instalaciones fue muy emotivo para él.

“Es muy personal para mí que cada niño sea bienvenido y estoy muy agradecido de que cuando llegué con mi familia hubo estadounidenses y personas que nos dieron la bienvenida que nos mostraron amabilidad y amor y, finalmente, nos guiaron a través de un proceso muy complejo para convertirnos en ciudadanos”, García dijo. “Me rompe el corazón que tengamos un sistema hoy en día en el que los niños no puedan recibir el mismo tipo de oportunidad que yo recibí cuando pasé por el sistema de inmigración”.
En un comunicado, el secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, agradeció a la ciudad por aceptar permitir que su departamento use las instalaciones mientras el gobierno trabaja para aumentar su propio espacio para camas, por lo que ya no requerirá sitios como los centros de convenciones en Long Beach, Dallas y San Diego que se han utilizado para aliviar la mucha gente detenidos en las instalaciones fronterizas.

Un número récord de niños no acompañados ha llegado recientemente a la frontera, muchos de los cuales huyen de las pandillas y de la pobreza en Centroamérica. Eso, combinado con la pandemia, ha dejado a los funcionarios federales luchando por el espacio.
Se espera que el sitio de Long Beach no albergue a más de 1,000 niños en cualquier momento y García prometió a principios de este mes que una fecha límite llegaría a principios de agosto. El Centro de Convenciones de Long Beach ya ha anunciado planes para seguir adelante con los eventos programados, con el primero siendo programado para el 8 de agosto.
Solamente se permitió un número selecto de periodistas dentro del sitio para el recorrido, pero se podría otorgar más acceso una vez que el sitio esté en funcionamiento, según un funcionario federal.

Aquellos que vieron el interior de la instalación dijeron que estaba calientito y que tuvo una bienvenida con juguetes, decoraciones y un ambiente hogareño. También hay un local de servicios gratuitos donde los niños pueden escoger su propia ropa y otras cosas mientras mantienen algo de autonomía.
“Se me llenaron los ojos de lágrimas”, dijo en inglés la concejala Stacy Mungo Flanigan, quien describió haber visto un área acogedora llena de peluches, mochilas, un área de películas, libros y plantas por todas partes.
Mungo Flanigan dijo que a diferencia de otras instalaciones como el cavernoso e incoloro sitio del Centro de Convenciones de San Diego, que es en gran parte una habitación vacía con camas, el sitio de Long Beach está dividido en habitaciones más pequeñas que se sienten más como un hogar.
La concejala Cindy Allen, quien representa el área que incluye el Centro de Convenciones, dijo que los funcionarios de Salud y Servicios Humanos habían elogiado el sitio de Long Beach como uno de los mejores de los 13 que está operando.
“No esperaba sentir ese cálido y bienvenida cuando entré”, dijo Allen en inglés. “Realmente se nota que está diseñado para niños pequeños”.

Los activistas por los derechos de los inmigrantes, sin embargo, han expresado reacciones encontradas sobre el voluntariado de Long Beach en el Centro de Convenciones.
Jessica Quintana, directora ejecutiva de Centro CHA, dijo que la instalación es hermosa. “Los niños se sentirán muy cómodos aquí”, dijo. “… Se les brindará la mejor calidad de atención”.
Pero el sitio fue vandalizado a principios de este mes por personas que protestaban por su uso como instalación para migrantes. Pintaron lemas como “no hay niños en jaulas”.

Y en los comentarios de la transmisión en vivo de la ciudad de la conferencia de prensa en Facebook, la Coalición de Derechos de los Inmigrantes de Long Beach escribió que la ciudad “NO debería promover esta instalación como un modelo replicable”.
Pidieron a los funcionarios que, en cambio, combatan “esta nueva norma” que encarcela a los niños.
En sus comentarios después de la gira, Lowenthal dijo que el sistema de inmigración de Estados Unidos se ha roto durante décadas.
“La ciudad no creó esto”, dijo. “Lo que la ciudad puede hacer es asegurarse de que los niños que están atrapados en este sistema roto, que podamos brindarles los servicios que necesitan”.




Traducido por Crystal Niebla