Debido a la muerte de su padre y la mala salud de su madre, la familia que dirige el conocido Ramirez Strawberry Ranch en el oeste de Long Beach dijo que pronto cerrarán.
El concejal de Stanton, Rigoberto Ramírez Jr., dijo originalmente que planeaba administrar el negocio en lugar de su difunto padre, Rigoberto Sr., un ícono en la comunidad quien cosechó el rancho durante más de 50 años. Pero el domingo, el hijo dijo que esos planes han cambiado para que pueda ayudar a cuidar a su madre.
Dijo que espera terminar las operaciones del negocio a los fines de mayo.
A principios de este año, los padres de Rigoberto Jr. fueron hospitalizados después de salir positivos por COVID-19. Solamente su madre sobrevivió. Rigoberto Sr., quien era conocido por sus deliciosas fresas y la camaradería que tenía con sus clientes, murió a los 85 años en febrero.

Catalina, la madre de 78 años de Rigoberto Jr., sobrevivió pero desarrolló fibrilación auricular, que es una condición que causa latidos cardíacos irregulares. Ahora necesita tratamientos con un tanque de oxígeno y ayuda con tareas ordinarias como vestirse, según Rigoberto Jr.
“Ella necesita a alguien a tiempo completo”, él dijo en inglés.
El rancho, que está alquilado a SoCal Edison, produce fresas y habas, y cuando Rigoberto Sr. cumplió 65 años a principios de la década de 2000, la familia redujo el tamaño de la tierra de 14 acres a 3.

Porque las negociaciones sobre lo que sucederá con la tierra están en curso, Rigoberto Jr. dijo que “estén atentos”, ya que anunciará más detalles “tan pronto como firmemos el trato”. Agregó que quiere que “alguien relacionado con la agricultura ocupe el lugar”.
Después de una avalancha de clientes por la mañana, algunos clientes el domingo por la tarde le preguntaron a Rigoberto Jr. sobre las perspectivas del rancho.
Una residente de Long Beach, Erlinda Cortez, quien preguntó sobre el rancho, dijo que espera que la tierra, con fresas o no, siga siendo un espacio para la agricultura en el lado oeste de la ciudad. Le gustaría ver que los próximos arrendadores de tierras “sigan adelante”, ella dijo en inglés.

Otros, como María Guadalupe Mosqueda, residente del norte de Long Beach, no sabían que el rancho de fresas podría cerrar. Mosqueda, quien dijo que compra fresas allí semanalmente, se sorprendió con la noticia de que su lugar favorito podría desaparecer.
“Soy sensible a la comunidad porque crecí en el lado oeste y estoy en muy buena comunicación con Edison para encontrar un reemplazo para la granja de fresas y dar algo que la comunidad pueda estar orgullosa”, dijo Rigoberto Jr.