Este reportaje es parte de una colaboración entre el Long Beach Post en Español y DíG en Español, una publicación periodística producida por los estudiantes bilingües de la Universidad Estatal de California en Long Beach. Lee más en digenespanol.com.

Por Cindy Aguilera

En la vecindad de Washington, que está compuesta mayormente por latinos e inmigrantes en la ciudad de Long Beach, existen varias tiendas de licor y cerveza pero no hay suficientes tiendas que vendan comida nutritiva.

En la área de Washington en Long Beach, desde la avenida Pacific al boulevard de Long Beach, hay más de seis licorerías en un rango de tres cuadras.

En una licorería, Eddies Jr. Market, localizada en la avenida Long Beach y la calle 16, una cliente, Yolanda Valdez, dice que ella quisiera ver más fruta fresca en su comunidad.

“Nos toca a veces caminar hora y media al super que tiene vegetales y fruta que no esté muy cara”, compartió Valdez. “Quisiera comprar más pero está cara la comida ahorita”.

La organización Salud América en su página web describe la abundancia de licor y escasez de comida fresca como “desierto de comida” en que cuales mercados con comida fresca están a una milla o más de las comunidades o más de 15 minutos de distancia. Cuando no hay comida fresca al alcance, la comunidad no tiene los recursos para vivir una vida sustentable ni saludable. El mismo sitio web enseñó que el 26% de los latinos en todo el país viven en un desierto de comida.

La organización The Grocery Gap (o El Hueco de Tiendas) en su estudio anual concluyó que nacionalmente, las comunidades de bajos recursos, tienen hasta 30 por ciento más licorerías de las comunidades más ricas.

El mismo estudio evaluó que solamente tres de cada 10 mercados en áreas de bajos recursos, venden comida fresca como fruta y vegetales en comparación con áreas ricas donde venden hasta tres veces más.

Residente y líder de la asociación de vecindad de Washington, Jesús Esparza habló con DÍG en Español, y compartió que es lo quisiera ver cambiar y que pueden hacer negocios para los desiertos de comida. Según el sitio statisticatlas.com, en la vecindad de Washington es 76% latino y en la ciudad de Long Beach los latinos componen 41.7%.

“Hay tres escuelas por aquí y todos los niños van a los mercados después que salen”, dijo Esparza. “Y lo primero que ven son las chucherías a la par de los juguetes”.

Esparza agregó, “Son ganchos que los dueños ponen para venderles a ellos”.

Es importante para residentes como Esparza, que los negocios también hagan de su parte para servirle a la comunidad de una manera proficiente.

“Deberían poner fruta fresca a las entradas y vender menos chucherías como Cheetos, Sabritas y dulces”, comentó Esparza.

A&B Market está localizada en la calle 16 y avenida Pine y vende por la mayoría cerveza y comida procesada. Un empleado de ahí, Sidra Khou, compartió su perspectiva en porque venden estos y no fruta fresca.

“Nosotros simplemente proveemos lo que los clientes piden”, explicó Khou.

Cuando fue preguntado qué pasaría si dejara de vender alcohol, él respondió, “No tuvieramos negocio y se acabaría la venta aquí”.

Del lado del vendedor lo que buscan los negocios de la área es vender, o suplir lo que el cliente busca.

Líder de la asociación de la vecindad de Washington (Washington Neighborhood Association), Esparza, reconoce el problema y no está de acuerdo. “¿Por qué no pueden poner más mercados de comida fresca en los establecimientos donde venden alcohol?” preguntó.

Él comparó la diferencia entre la comunidad de Washington y los vecindarios alrededor en Long Beach como Bixby Knolls, una comunidad afluente y con muchos mercados y sitios para comprar.

“No sé porque está permitido poner barras y licorerías en esta vecindad y en otras partes, son escasas”, Esparza comentó.

Mencionó que hay una guardería llamada “Long Beach Day Nursery” entre las calles 15 y 17, y a la par está un bar.

“No entiendo porque es permitido construir una barra a la par de una guardería”, él declaró.

Esparza y otros miembros de la comunidad que quieren ver cambios en Washington, han atendido juntas del concejo municipal, para participar más en las decisiones que les impactan a ellos. Pero dice que muchas veces, las voces latinas no son representadas en estas juntas, “Lo único que hacen es poner proyectos en las áreas como Bixby Knolls, pero aquí nunca cambian nada”.

Se contactaron varios miembros del concejal de Long Beach para contestar preguntas de los desiertos de comida, pero ninguno respondió.

Aunque la esperanza parece estar disminuyendo, hay varias organizaciones como Long Beach Forward, basada en Long Beach, que trabajan constante con las comunidades como Washington para inspirar cambios positivos. Por ejemplo, la iniciativa La Dotación a California, en su plan de 10 años, desde el 2010 ha recaudado mas de un millón de dólares, para organizaciones como Long Beach Forward, que intentan reparar los daños que el racismo, inigualdad gubernamental y bajos recursos han causado a las comunidades de color.

Tina Castro trabajó para La Dotación a California como directora de inversiones y ayudó establecer negocios saludables a las comunidades de Long Beach. Castro dijo que su organización Avivar Capital ayudó a repartir más 270 millones de dólares a negocios en Long Beach en comunidades de bajos recursos.

En el sitio página dice que Avivar Capital “está enfocada en invertir para construir comunidades saludables y también apoyar negocios pequeños que sobresalgan y también puedan proveer comida saludable”.